lunes, 11 de junio de 2012

Peligros del pecado

Ayer estaba leyendo sobre “vigilar” mi espiritualidad con oración. Uno puede caer muy fácil si no tiene un compromiso con uno mismo y con Dios de que ya no volverá a caer en un pecado que batalla contra nuestra alma. 


Me imagino esto: 


Yo sé que es peligroso ponerme frente a un carro que va a 120 km/h en la carretera, y obviamente no me pondría frente a uno. Lo interesante es que sí me pondría en situaciones espiritualmente peligrosas sin ningún tipo de precaución o preocupación.

Qué tonto, ¿no?

Soy un tonto si me paro frente a un carro en la carretera, pero si ando buscando ir a fiestas, para tomar, fumar o estar con alguna muchacha entonces soy maduro…

Nos pasa esto porque no sabemos qué tan malo es el pecado. El pecado es tan malo que Cristo tuvo que venir al mundo y morir para poder librarnos de su poder. Pues es tan fuerte que es imposible para nosotros romper sus cadenas, sólo Cristo pudo hacerlo.

Así que, haz un compromiso de ya no volver a caer en ese pecado. Dios nos perdona cuando pecamos, pero date cuenta que el pecado nos lastima y nos aleja de Dios por la vergüenza de haber pecado contra Él.

Pelea violentamente contra el pecado.

La oración es el arma poderosa que nos ofrece Dios para combatir contra él. No lo desperdiciemos.

Entonces, ¿ya te comprometiste con Dios?

“Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. Mt. 26:41

No hay comentarios:

Publicar un comentario